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sábado, 7 de abril de 2007

Lo peor de cada signo.xDD

Aries, el despiste andando

La mala memoria y la escasa o inexistente organización de este signo dan forma al karma más desopilante de todo el Zodíaco.

Son tan distraídos y desordenados que ganan la lotería y ¡se olvidan dónde guardaron el billete!

Dignos de llamarse “un caso de laboratorio”, los arianos son el despiste andando y dedican su vida a demostrarlo.

Como ellos ni se dan cuenta de que se están olvidando de algo, están tranquilos.

Los que no conservan la calma son sus parejas, amigos o compañeros de trabajo, quienes mueren de nervios ante tanta distracción.

Tauro, el que esconde y no encuentra

Son tan tacaños y ahorrativos que para acumular sus dinerillos, esconden cada moneda en los bolsillos internos de los sacos que no usan, en el dobladilllo de las cortinas, en los almohadones y hasta debajo de las baldosas flojas del patio.

El colmo es que después andan sin un solo centavo encima y viven pidiendo prestado.

Para ellos, ir a comprar una leche significa todo un evento: para agarrar 1 peso tienen que subirse a una silla, quitar el revoque flojo y sacar de allí sus billetes ocultos. ¡Personajes!

Géminis, mentiras de patas cortas

Aunque uno de sus deportes preferidos es mentir, y parecen estar cancheros en estas lides, muchos geminianos deberían anotarse sus mentirillas para después no pisarse cuando no se acuerdan lo que habían inventado.

Pueden pasar verdaderos bochornos al olvidarse de lo que habían dicho y contar otra versión de lo mismo. Para ellos esto es tan frecuente y cotidiano como levantarse cada día.

Pero como son los reyes del verso y a veces pecan con mentiritas piadosas, la gente los perdona porque saben que lo que los geminianos dicen, hay que tomarlo con pinzas.

Cáncer, emoción fuera de control

Créase o no, los cancerianos son tan emotivos que el día de su casamiento o del discurso de graduación se quedan sin voz, totalmente afónicos.

Mientras ellos no pueden creer su condición de paradoja humana, los demás se ríen ante tanta ironía del destino.

Es que al estar regidos por la Luna, los nativos de este signo piensan con el corazón y actúan con el alma.

No son racionales en casi ningún sentido y los nervios se convierten en su propio colmo: quedarse absolutamente mudos cuando lo que necesitan imperiosamente es hacerse escuchar.

Leo, al límite de la exageración

Como todos sabemos, el ego de este signo es uno de sus bienes más preciados... por ellos mismos.

No resisten vivir sin ser el centro de atención y, si sus características personales no dan con el tipo de líder o de mandamás, hacen todo para lograrlo. Como adoran destacarse, a veces exageran un poquito sus logros o sus aventuras.

Lo gracioso es que en la mayoría de las oportunidades, les sale el tiro por la culata. ¿Por qué? Porque cuentan que pescaron el pez más grande con tanta mala suerte que justo en ese momento salta un testigo que afirma que sucedió todo lo contrario: que se llevaron a su casa apenas una mojarrita y que encima ¡había perdido la cola!

Virgo, el que somatiza

Aunque frente a sucesos emotivos o shockeantes, los virginianos se muestran fríos y serios, su procesión va por dentro. ¡Y cuánto!

Realmente, pueden llegar a sentirse mucho peor que el más llorón o sensible del Zodíaco.

El colmo es que como no expresan sus emociones, y los sentimientos siempre necesitan salir por algún lado, somatizan sus historias internas y pasan indiscretos papelones.

En las fechas importantes se brotan con erupciones en la cara, sarpullidos tan molestos que les pican sin tregua, y hasta les aparecen inocultables ronchas en las manos.

Así se los verá en casamientos, conferencias y en eventos que los comprometan...

Libra, el queso del sandwich

A los librianos su extrema diplomacia no siempre les juega a favor.

Son tan medidos que por querer estar bien con Dios y con el diablo, les dan la razón a las dos campanas y terminan peleándose con ambas partes.

Es que no pueden evitar mediar en las historias ajenas. Cuando ven que alguien pelea, discute o apenas disiente, siempre se entrometen con su típico: “Bueno, acepten que opinan diferente...” o el clásico: “Cada uno tiene sus motivos para estar ofendido”.

Pero, lamentablemente, por no jugarse a una de las puntas, el chasco llega después cuando, ¡oh sorpresa!, los otros se amigaron y ellos quedaron colgados.

Escorpio, demasiada ansiedad

La ansiedad escorpiana realmente no tiene precedentes y es la causante de los papelones más grandes en la vida de los nacidos bajo este signo. Como se anticipan siempre a lo que van a decir los otros y piensan todo el tiempo por los demás, quedan mal parados a cada momento.

¿Un ejemplo? Justo cuando les van a ofrecer casamiento, empiezan a hablar y le explican a su pareja que aunque saben que no quiere compromisos, necesitarían darle un marco comprometido a la relación y bla, bla, bla... El otro, obviamente, no entiende nada. Por supuesto, cuando se aclaran los tantos y los escorpianos se enteran de que metieron la pata, les piden a Dios y a María Santísima que la tierra los trague.

Sagitario, manos de manteca

Los nativos de este signo tendrían que ser comediantes o formar parte de algún circo local.

Son tan glotones y atolondrados que cuando comen siempre se tiran todo encima.

Es así como en su primera cita se manchan con salsa de tomates el vestido blanco que tanto había impactado a los demás.

Después, por supuesto, las que cambian de color son sus caras que pasan del morado al colorado furioso al verse metidos en tremendo papelón, con manchas hasta el cuello.

Capricornio, un tropezón y una caída

El caso de este signo es único.

Cómo puede ser que preparen durante meses un tema, lo investiguen, y justo cuando están por exponerlo en una disertación, con gráficos y material audiovisual de por medio, ¡se resbalen y se caigan redondos en medio de la junta!

Muy moderados, los testigos de semejante incomodidad tratan de no reírse, pero se tientan al ver al protagonista del simpático suceso en el suelo descostillándose a carcajada limpia.

Por suerte, saber reírse de sí mismos salva a esta raza divertida del papelón total.

Acuario, pescado in fraganti

Como son seductores natos, conquistan a la pareja de su mejor amigo, ¡pero sin saberlo!

Ellos nada más creen que tienen un nuevo amante, cuando en realidad, más que una historia de amor lo que acaban de empezar es el principio de un problema gordo.

Para colmo de males, como si ya la mala suerte no fuera suficiente, cuando el acuariano está a punto de cortar la relación porque considera que no puede defraudar a su amigo, o porque después de todo no estaba tan enamorado, aparece un testigo que dice haberlo pescado in fraganti.

Más que un blooper, una desgracia.

Piscis, el melodramático

Si existe un signo sensible por naturaleza, éste es Piscis.

Y como buenos artistas que suelen ser, su realidad se parece mucho más a una película de Mel Brooks que a un suceso cotidiano.

Si no, no se explica cómo es que durante el día más feliz de sus vidas les agarre un ataque de llanto que no les permite parar de moquear y de secar con su pañuelito litros de lágrimas durante aproximadamente cuatro horas.

En conclusión: las radiantes novias de Piscis no tienen brillo en los ojos por la emoción. Son un mar de lágrimas que sollozando le dan el sí al cura con el maquillaje corrido por completo y los ojos hinchados. Piscianos... ¡la vida imita al arte!

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